Esperanza Aguirre, tan despistada como siempre, nos llama “los antisistema”. Y no es la única. Estoy harto de oírlo desde hace unos días.
¿Pero qué antisistema ni qué niño muerto? ¡Reclamamos valores políticos y sociales de lo más añejo, que son LA BASE del sistema! ¡Los antisistema son ellos: los especuladores, los chorizos, los corruptos, los montados en el privilegio, los abusadores!
El sistema tiene defectos, hay que mejorarlo. ¡Eso no es ir contra el sistema! Contra el sistema D'Hont, sí, por ejemplo, contra el sistema electoral. Pero ahí acabo. Quiero contribuir a apuntalar el sistema democrático, no a derribarlo, quiero reformas que fortalezcan sus bases; volver a sus fundamentos: separación de poderes, más igualdad, más libertad, menos cargos a dedo, sin privilegiados, sin cuentas de gastos de representación; una democracia de verdad, con más referendos, listas abiertas (o sin listas), sin circunscripciones, sin porcentajes mínimos, sin votos en blanco.
Pero no lo puedo conseguir yo solo. Debemos unirnos, todos los que compartamos el deseo de regenerar nuestra democracia, ir todos a una. Las propuestas de Democracia Real Ya están bastante pasadas de rosca, francamente. Sirven para mover el debate, pero no contribuyen a la unidad de acción para lograr cambios significativos. Es más, semejante batiburrillo sólo aporta, ahora mismo, confusión y disensión.
Basta ver dónde han dejado los organizadores de Democracia Real YA la necesidad de cambios democráticos: En el punto 7. Yo lo habría puesto en primer lugar. ¿No es eso lo que estamos tratando de mejorar principalmente? Una democracia de verdad, no esta farsa que tenemos ahora. Mejorar nuestro sistema democrático es la base de todo lo demás.
A estas alturas, todo esto va mucho más allá de Democracia Real YA (y de No Les Votes). Es preciso buscar el consenso con los descontentos que no son de izquierda sobre los cambios que hay que promover. Democracia Real YA ha cumplido su papel catalizador. A partir de ahora, toca recapitular y tratar de encontrar un mínimo común denominador que sirva como base de una acción política concreta. Hay que ir a lo básico, lograr un consenso, no dejar que la voluntad común de cambio se diluya en utopías irrealizables. Aquí no hay más remedio que ser transversal porque estamos hablando de asuntos que incumben a todos.
Por eso me ha entusiasmado un documento firmado por el ciudadano Federico Maciñeira (MacFrico en la red social Twitter) y disponible en su blog y en Twitpic, que recoge unos puntos básicos. Hay detalles que se pueden debatir, pero son flecos, se puede pulir fácilmente. Me parece un buen punto de partida. Sobre todo, los árboles no deben impedirnos ver el bosque. Tenemos que intentar llegar a un acuerdo de cara a poder llevar a cabo acciones políticas concretas. Incluso (¿por qué no?) la formación de un Partido Reformista, de carácter transversal, con un programa básico, que pueda promover los cambios que nuestra democracia necesita.
Os recomiendo echar un vistazo al texto. Es lo mínimo.
3 comentarios:
Yo no soy ni he pertenecido nunca a NOLESVOTES ni a DEMOCRACIA REAL YA! ni a ninguan de los organizadore so promotores ni conozco a nadie personalmente, pero si he ido y participo de las protestas e indignación y si soy ( y creo que somso muchos) antisistema.
El antisistema no es el que se tapa la cara, y tira coctales molotof y usa la violencia (no hay mada mas del sistema precisamente que la violencia).
No es queramos ser anti sistemas sino que el sistema es antinosotros, es antihumanista, violento, insolidario, y solo le rinde pleitesia al poder económico. Asi que si, hay que cambiarlo, de arriba abajo, no con un lavado de cara de lso partido ni los bancos, ni vistiendolo ahora de utopias y "no puedismos", por que si algo esta demostrando este movimiento es que cambiar este sistema desde la union, la diversidad, la no-violencia activa, la participación ciudadana si se puede.
El peligro ser acuando lo quieran controlar, como ya se esta tratando de hacer, por los socialdemocratas y demas bien pensantes, que solo quieer un lavado de cara
A lo mejor los dos estáis hablando de cosas parecidas, pero utilizando distintos nombres. Creo que las propuestas de Democracia Real Ya son bastante razonables y algunas de ellas trastocan bastante el sistema capitalista actual, con el que no estoy de acuerdo. Lo que no tengo muy claro es si es mejor romper con el por completo y empezar desde cero (algo bastante utópico) o irlo cambiando poco a poco. Pero la idea es conseguir un sistema en el que haya una mayor solidaridad e igualdad entre todos (creo que algo de esto dijo algún francés hace tiempo).
Si que es verdad que la clase política española ha perdido el norte, pero no dejan de ser españoles como nosotros y da miedo pensar que sean una representación de como somos los españoles en realidad. A lo mejor hay que conseguir hacer la reforma desde la base, educando bien a nuestros hijos con buenos valores para que la mayoria de ciudadanos tengan buenos valores y los políticos, ya no solo los corruptos, sino los que no tengan verdadera vocación de ayudar a la sociedad como creo que pasaba en los orígenes de la democracia, sean una minoria que se disuelva entre el resto.
Aprovecho para pedir que no comentéis como Anónimo; normalmente borro esos comentarios porque luego puede aparecer otro "Anónimo" y es un lío. Inventaos un nick, que no cuesta tanto.
Respondo a Pedro:
Bueno, al principio de todo esto estaban los convocantes de Democracia Real YA! y los de #nolesvotes (yo entré por estos últimos). Luego se han apuntado todos los demás. El caso es que Aguirre nos metió a todos en el mismo saco "antisistema" desde el principio, y eso es sencillamente falso (aparte de estúpido). ¿Que hay gente "antisistema" protestando? Faltaría más. ¿Que todos los que hemos estado mostrando nuestro enfado somos "antisistema"? Ni de coña.
Como digo en otra entrada:
«¿Confusiones? Todas. Es obvio que las plataformas Democracia Real YA! (en adelante, DRY) y #NoLesVotes (NLV), a las que se han sumado muchas otras, han canalizado el descontento de gran parte de la sociedad española, prendiendo la mecha de las protestas, pero no se debe caer en el error de identificar a toda esa gente descontenta que se ha manifestado y sigue en las calles valientemente, con DRY ni con sus propuestas, ni con una corriente ideológica determinada de izquierda reformista, izquierda republicana, comunismo, anarquismo, etc. La cosa es mucho más compleja.
»La cosa es un lío. Por eso decepciona tanto el papel de los medios de comunicación —que, en vez de aclarar y explicar, previa investigación periodística seria y rigurosa, se limitan a simplificar y descalificar y solamente contribuyen a la confusión y el caos—. Pero es que, por si no fuera bastante complicada la cosa, y difícil de comprender para los que siguen atrapados por la mentalidad “vigesimónica” (perdón por el palabro), encima hay gente que se dedica a echar mierda, a mentir.»
Como Aguirre al ponernos a todos el mote "antisistema". Con todo el respeto para los que se consideran antisistema (que, por otra parte, es un movimiento de lo más variopinto, con lo que la palabra tiene cada vez menos utilidad, como lo demuestra el que yo pueda llamar "antisistema" a Esperanza Aguirre sin ironía; más un invento de los medios y de los políticos que una entidad política real), el discurso radical "antisistema" dentro del movimiento de descontento de esta semana en España no ha sido, por lo menos en Santander, muy bien recibido (esta noche un chico despotricó contra el mismo proceso democrático gritando "¡malditas elecciones!" y nadie le hizo puto caso) y es claramente minoritario. La gente no quiere un cambio radical de sistema, un sistema nuevo de trinca, ni cambiarlo todo de arriba a abajo; la gente no quiere experimentos con dinamita ni que los obliguen a vivir de tal o cual manera. La gente quiere libertad, igualdad y vivir bien, que impere la justicia y que se les tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones, que las elecciones no sean simplemente el medio de elegir quién va a actuar como un dictador durante cada legislatura. La mayoría de la gente no es contraria al sistema social y político establecido, es contraria a su corrupción y pretende repararla, curarla desde dentro. La mayoría de la gente ha salido para pedir una democracia mejor ("real"), más auténtica, no para derribarla ni para pedir que la cambien por otra cosa (¿cuál?, no se sabe, cada grupúsculo contrario al sistema establecido propone uno diferente, con propuestas a cual más disparatadas) que vete a saber cómo funcionará.
antisistema.
1. adj. Contrario al sistema social o político establecidos. Movimiento antisistema.
(Real Academia Española.)
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