5.11.10

Se cayó el «Puente del Diablo»



Ooohhh, ¡qué pena! Afortunadamente se ha caído antes de que las presiones de cuatro cantamañanas condujeran a nuestros politicoides a malgastar una millonada intentando preservarlo. Evitar que una roca inútil sufra su destino natural a costa de los contribuyentes en plena recesión, mientras se habla de recortar servicios sociales en aras de la “austeridad” presupuestaria, me habría llevado a un nivel de paroxismo politicida difícil de igualar.

Ya se habla incluso de “recuperarlo”. ¡Insensatos! Qué sencillo resulta satisfacer los caprichos infantiles de uno con el dinero de otros, ¿eh? Como intenten crear un comité para restaurar el «monumento», soy capaz de presentarme allí con mi katana.

Comprendo la consternación de la gente por la desaparición de nuestro querido “Puente Jorao”. Yo mismo tengo recuerdos imborrables de mi abuelo relacionados con ese lugar. Siento de verdad que se haya caído, me da auténtica pena, pero no puedo aceptar que se “restaure” un trozo de roca, que se ha caído por efecto del natural devenir de las cosas (es lo que hace el mar con las rocas desde hace miles de millones de años), a costa de un dinero que los cántabros necesitamos para cosas importantes como pagarle los puros a Revilla.

Recorte de la primera plana de El Diario Montañés