20.6.17

Sobre la deriva de Podemos (X)

Desde que Podemos se apartó del programa de actividades promovido por organizaciones como la estadounidense Albert Einstein Institution o, más recientemente, su heredera serbia CANVAS, programa que contribuyó al fin del régimen de Milosevic y a la revolución tunecina, ya no tiene demasiado sentido más allá de ocupar sillones, acumular poder y hacer el paripé en las instituciones, como todos los demás partidos. Lo que venía a ser una posible solución, gracias a este desapego a las enseñanzas de Sharp, Popovic y compañía, se está convirtiendo en parte del problema. Yo, por mi parte, ya me he hartado de Iglesias y sus monaguillos (y monaguillas).

Curiosamente, tanto Sharp como Popovic vienen siendo acusados desde hace unos años de dar soporte a grupos antichavistas en Venezuela. Respaldados supuestamente por la CIA, claro. En fin... No quiero parecer paranoico, el tema de Podemos/Venezuela también me parece bastante ridículo en general, pero, ¿no tendrá algo que ver? A lo peor la estrategia de Iglesias para ocupar la poltrona va más en la línea de Chaves que en la línea de Sharp. ¡Quién sabe!

Mientras no vaya en la línea de Maduro...

13.6.17

A propósito de Navalón y los «millenials» (nuevo capítulo de «La carcundia y los jóvenes»)

A pesar de la impresión que muchos podamos tener sobre la creciente estupidez de la población, la realidad científica es que cada vez es más inteligente. Por eso hay que ajustar los test de inteligencia cada diez años. Así que el problema no es que los millenials sean unos inútiles, sino que están peor educados y en peor situación socioeconómica, gracias sobre todo a gentuza como (qué casualidad) Antonio Navalón.

(Para más INRI, los jóvenes de esta generación que han logrado una formación adecuada, los más inteligentes y mejor preparados, se encuentran enfrentados a un país que los rechaza y, claro, lo abandonan dejando aquí a quienes no pueden seguirlos.)

Mención aparte merece el diario El País, cada día más casposo y asqueroso, que acoge en su seno a individuos de semejante calaña, muy acordes con la línea editorial del periódico en los últimos tiempos.

ENLACE AL DESPROPÓSITO.

8.6.17

Liberbank

<IRONY mode="on">

Liberbank ganó un 15% menos en el primer trimestre de este año que en el de 2016 y acaba de perder más de un 14% en bolsa. Por supuesto, la solución es echar a más trabajadores del banco. Está claro que haber despedido al 50% de la plantilla no ha sido suficiente para aumentar la productividad.

Está claro que la culpa de todo es de los despedidos, por no servir de nada su despido, claro. De todos modos, si toda esa gente acabó despedida fue porque algo mal hicieron, empezando por trabajar. El que no hace nada, no se equivoca. Haber aprendido de los directivos, que no tienen culpa alguna. No es cosa suya que los ingresos por operaciones financieras hayan caído un 72%, por ejemplo. No, qué va. La culpa de que Liberbank haya ido y vaya como el culo es de los trabajadores de la plantilla.

</IRONY>

4.6.17

El auténtico Super Mario

Me agota que la gente se meta tanto con Mario Draghi. Le caen ataques desde todos los lados: primero, de los indignados; ahora, de la banca. ¡Cuánta ignorancia! No saben de la que nos ha librado, en serio. Se merece todas las medallas. De haber caído en una espiral deflacionista, nos habríamos ido todos al puto cuerno. Gracias, Don Mario, siga así. Y a los bancos, ¡que les den!

25.5.17

¿Donde reside la soberanía nacional? Un dos, tres...

Esta tarde he vuelto a oír a un político (no me he enterado bien de cuál, creo que fue el impresentable de Rafael Hernando) diciendo que la soberanía nacional reside en el Parlamento. Pues no, oiga. Si es que no se saben la Constitución. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del cual emanan los poderes del Estado. La soberanía reside en el pueblo, subrayo. Cojones.

22.5.17

La prueba saudí

Ver si un político o gestor es indecente es más fácil de lo que parece, sólo hay que hacerles el test de Arabia Saudí. Sólo hay que ver quién ha colaborado con ese estado para hacerse una idea de su catadura moral. Por eso es imposible convencerme de cosas como la bonhomía de Juan Carlos, la rectitud de Zapatero, la preocupación por los derechos humanos de EEUU o Israel (qué risa)... Es la piedra de toque definitiva de la hipocresía y la falsedad de miles de políticos, empresarios y responsables de organizaciones en todo el mundo, incluyendo nuestros jefes del Estado y todos los presidentes del gobierno español desde hace más de medio siglo.