23.2.08

What if you slept?


—El soñador se sumerge en sus pesadillas
como una guajira en busca de perlas.
Emerge al despertar, mojado y jadeante,
con un gemido ansioso al volver al aire.

—¿Y cuando emerge deja de soñar?

—Creo que sí. Son corrientes, sin embargo, los planteamientos contrarios: ¿Cuándo dejamos de soñar? ¿Soñamos, quizá, que vivimos? Hay quien cree esto; yo no. “Decir que sueño es engaño; / bien sé que despierto estoy”, como dice Segismundo en “La vida es sueño”, de Calderón de la Barca. Pero antes de comprender que no soñaba, decía Segismundo: «¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es sueño / y los sueños, sueños son.» Y si es así, ¿qué mas da?

A veces, en el sueño, las vivencias pasadas se hacen presentes; memoria viva es el sueño entonces. Y otras veces, el recuerdo de las cosas vividas nos parece algo soñado. Esto Machado (Antonio) lo expresó como pocos.

Coleridge escribió una vez:

«¿Y si durmieras? ¿Y si, en tu dormir, soñaras? ¿Y si, en tu sueño, fueras al paraíso y cogieras allí una rara y hermosa flor? ¿Y si, cuando despertaras, tuvieras la flor en tu mano? Ah, entonces, ¿qué?»

Si esto me ocurriera, supongo que acabaría creyendo que el sueño continúa eternamente: un sueño dentro de otro sueño; tal vez, al cabo, soñado por algún otro, alguien que sueña eternamente el universo. ¡Menos mal que no me ha pasado! :-) Es muy fácil dejarse llevar por la fantasía, pero hay que pensar las cosas con detenimiento. La locura está a la vuelta de la esquina; hay que andar con cuidado por los callejones de la imaginación.

12.2.08

Stagflation (III)


El paro es un factor de stagflation, como decía; paro + inflación + estancamiento = stagflation.

A finales de enero, todos los periódicos abrieron sus ediciones con la misma noticia: 2007 ha sido el primer año desde 2003 en cerrar con un aumento del paro, cifrado en 117.000 personas, que sitúa la tasa de desempleo en el 8,6%, casi dos millones de parados.

Es verdad que la tasa de paro no es para tirarse de los pelos, sigue por debajo del 10%. Cualquiera que haya vivido la década de los ochenta recordará cifras mucho más escalofriantes. Pero, como decía en anteriores mensajes, este ligero aumento del paro (de sólo tres décimas respecto al 2006) llega en un momento delicado, con las familias endeudadas y los precios en constante alza en las áreas que más las afectan: alimentación y energía, y un crecimiento del PIB al borde del estancamiento.

Es necesario atajar el problema rápidamente, antes de que la situación financiera se vuelva realmente complicada. Más paro significa, en esta situación, más morosidad, menos consumo y más problemas de todo tipo.

Intentemos seguir la línea de pensamiento de un ciudadano de centro-izquierda medio. El ciudadano de centro-izquierda medio, aunque crea otra cosa, es en el fondo un conservador, y se vuelve más conservador cuando la situación presenta dificultades; es un instinto que tenemos los humanos.

«Quizá el supuesto problema de la inmigración se resuelva solo», piensa este ciudadano, «por la crisis del sector inmobiliario. A menos construcciones, menos trabajo, pero, ¿quién ocupa esos trabajos? La mayoría de los peones son extranjeros. Quizá se vuelvan a casa o se vayan a otro país si no consiguen encontrar trabajo aquí. Esto resolvería también el problema del paro. Dos pájaros de un tiro. Realmente Zapatero lo está haciendo de maravilla.»

Las cosas no funcionan así.

Los inmigrantes no aportan sólo fuerza de trabajo a la economía; también gastan. Cierto que, por lo general, buena parte de sus ingresos van a parar a sus países de origen, pero el sector de la alimentación, la energía y las comunicaciones se han visto favorecidos por estos nuevos clientes. Por supuesto, se benefician de nuestro sistema de salud, pero no olvidemos que aportan un montón de millones de euros a la Seguridad Social; el argumento de las mamografías que exhibía hace unos días, indecentemente, Cañete, no tiene ningún valor. De hecho nos hacen más daño los ricos británicos y de otros países que vienen a operarse a España sin aportar nada a nuestro sistema de salud; esos sí que sobrecargan las listas de espera.

Si los trabajadores extranjeros se van, podemos decir adiós al crecimiento del PIB y al superávit de las cuentas públicas.

Lo que hay que hacer es reconducirlos a la industria. Así seguirán constituyendo un factor de crecimiento, seguirán aportando a la Seguridad Social y se evitarán algunos problemas que preocupan a los potenciales xenófobos, como los relacionados con la integración y la seguridad, por ejemplo (aunque lo cierto es que las cifras reales de implicación de inmigrantes en la comisión de delitos no tienen mucho que ver con la percepción del público). Pero para eso el gobierno tiene que tener una política industrial valiente que genere empleo en el sector secundario, cosa que en estos cuatro años ha brillado por su ausencia.



Stagflation (I)
Stagflation (II)
Stagflation (IV)

5.2.08

Stagflation (II)


El estancamiento se define como un crecimiento inferior al 3%. Ahí andamos. El Ministerio de Economía y Hacienda dice textualmente que «El crecimiento del PIB será de un 3,1% en 2008, un 3% en 2009 y alcanzará el 3,2% en 2010». Parece una cosa buena, pero no es un crecimiento como para echar cohetes, ni mucho menos.

La inflación crece claramente en áreas fundamentales: energía y alimentación. El petróleo y los cereales no paran de subir. China con su consumo y Bush con sus guerritas de mierda están teniendo bastante que ver, claro, pero el caso es que dependemos demasiado del petróleo y del ladrillo, y así nos va.

El gobierno tenía que haberse puesto las pilas para minimizar estos efectos nada más llegar al poder, pero las medidas anunciadas en su programa electoral de 2004 (inversión en I+D+I, particularmente) no han tenido la fuerza necesaria.

El PP, partido al que eso de la inversión pública no le mola nada, aprobó un Plan de I+D+i bastante ambicioso meses antes de las elecciones. Le veían las orejas al lobo. Reaccionaron bastante tarde pero al menos reaccionaron. Entonces les pilló el toro electoral.

Lo malo es que el PSOE no retomó la cosa con la fuerza que necesitaba España. Cuando el PP había anunciado un gasto del 1,22% del PIB en I+D, en noviembre de 2004 todavía era del 1,10%; el Plan del gobierno del PP preveía un 2,1% para 2005 que, con el gobierno del PSOE, se quedó en un 1,11%. Ahora es del 1,05%.

Ahora Zapatero se compromete a dedicar un 2% para 2010, cuando el plan del gobierno del PP contemplaba un gasto del 2,5% en 2007. ¡Es totalmente insuficiente!, ya teníamos que estar en un gasto superior al 2,5% y estamos peor que hace cuatro años.

Esto último me duele especialmente, como hombre de izquierdas, porque el programa electoral del PSOE decía textualmente:

«Igualmente, se ha producido un abandono de la inversión en I+D+i, que ha traído consigo la interrupción de la trayectoria de convergencia del stock de capital tecnológico de España hacia el promedio de la Unión. Como consecuencia de esta falta de compromiso, el desfase tecnológico respecto a la UE en ciencia e innovación continúa aumentándose. España se sitúa a la cola de Europa de todos los indicadores de inversión en capital tecnológico.»

Y también:

«Planteamos la necesidad de elaborar un Plan Estratégico en materia de I+D+i desde el consenso y la participación de los agentes económicos e institucionales, para equipararnos a los niveles medios de la UE, a través del fomento de la inversión privada, la creación de infraestructuras y servicios de apoyo y una adecuada política científico-tecnológica.»

Convergencia con Europa en I+D+i que no se ha producido; el gasto medio en Europa en I+D+i es del 1,93%, claramente superior (pero, todo hay que decirlo, muy por debajo del objetivo del 3% que estaba previsto para 2010 y que, a este paso, no se va a cumplir, en parte por culpa del gobierno de Zapatero; tendremos suerte si llega al 2,2%; Japón invierte en I+D+i el 3,15% de su PIB).

Así no hay quien supere la dependencia del ladrillo.


[Seguiremos con este repaso a la “desaceleración”, el aumento de la inflación y el desempleo en próximos mensajes.]



Stagflation (I)
Stagflation (III)
Stagflation (IV)

Stagflation (I)


Comprendo la postura del gobierno de España, con las elecciones generales tan próximas, en lo referente a la economía. Se esfuerzan en quitar hierro a los datos de empleo y crecimiento, dicen que no es para tanto, que España sigue creciendo pero a un ritmo menor. Uno tiende a pensar que lo hacen para tranquilizar a la gente, de modo que las cosas no empeoren: Las crisis de confianza salen caras. Y tiene sentido. Pero...

Además, la oposición se está cebando y exagerando a más no poder, a mi juicio de manera bastante irresponsable, diciendo que esto es un puto desastre y que nos espera una catástrofe económica si Zapatero sigue en la Moncloa. Tampoco es eso.

Pero hay que tener las cosas claras.

A uno, aunque no es economista, le calaron hondo los fundamentos de Economía que estudió en el bachillerato. Siempre me ha interesado el tema y he procurado estar al día. No me pierdo los boletines radiofónicos de información económica y procuro estar al día de las cuestiones de fondo a través de la prensa. Desde luego, no soy un experto, pero estoy mejor informado que la mayoría de los españoles, eso seguro.

Escribo esta entrada porque me he percatado de que algunos medios, más o menos afines al gobierno (o, más bien, contrarios al PP) están ayudando al gobierno en la tarea de maquillar la verdad del estado de nuestra economía. El otro día lo hizo Iñaki Gabilondo* y me dio un poco de pena. Y no puede ser. Hay que decir las cosas como son, aunque se acerquen las elecciones. **

Estamos en un momento delicado, con un crecimiento bordeando el 3%, la inflación bastante disparada y pérdida de empleo. Las causas son lo de menos, lo jodido es la combinación. El gobierno puede consolarse pensando que en buena medida las causas de esta situación son externas, y debería hacer hincapié en ello, pero también tiene su parte de responsabilidad: no puso freno a la ladrillo-economía que nos legaron los incompetentes del PP, no recondujo las cosas hacia la industrialización y la mejora tecnológica que tenían que haber sido su prioridad (la cosa se veía venir desde 2003 aproximadamente; subieron al poder en 2004 y lo que han hecho es insuficiente en ese sentido). Es verdad que el IPI ha mejorado, pero no con la fuerza que debería haberlo hecho. Si el gobierno se hubiese esforzado más en potenciar el crecimiento industrial, otro gallo nos cantaría. Pero no lo ha hecho, el IPI sigue bastante por debajo del 3%. Y eso está en su debe.

Los mejores economistas del mundo son norteamericanos; lo malo es que los peores también lo son y los ciudadanos de ese país se empeñan en poner a los segundos al mando en cuanto los primeros consiguen solucionar la papeleta. Pero bueno, el caso es que los economistas americanos tienen una palabra para lo que nos pasa. Lo llaman “stagflation”, un neologismo obtenido al combinar las palabras “stagnation” e “inflation”, “estancamiento” e “inflación”.

La “stagflation” se caracteriza por una desaceleración brusca del crecimiento del PIB, hasta niveles inferiores al 3%, aumento del paro y aumento de la inflación.

En agosto de 2007 empezaron a torcerse las cosas hasta conducirnos al borde de esa situación justo antes de unas elecciones generales. También es mala suerte. Pero este hecho es muy importante tenerlo en mente a la hora de escuchar a unos y otros. Nadie va a decir la verdad. Yo lo voy a intentar en una serie de entradas sobre el tema.



* En Cuatro.
** Actualización de junio: En honor a la verdad, hay que decir que la radiofónica Cadena SER, tertulias aparte, ha venido diciendo las cosas con bastante claridad, al menos en sus espacios de economía, algo que les honra. Hice ese comentario pensando en ciertos comentaristas e invitados de las tertulias (y no me refiero a Aguilar, Carnicero o Ramoneda, que han seguido tan lúcidos y críticos como siempre) y sobre todo en Iñaki Gabilondo, que se destacó por repetir casi palabra por palabra las tesis del gobierno.



Stagflation (II)
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