23.6.08

Stagflation (IV)


He querido esperar un poco a ver cómo evolucionaba la cosa para seguir con este asunto. Pero ahora por fin Zapatero reconoce datos y estimaciones de crecimiento que no tenían nada que ver con lo que se nos vendía en febrero, datos y estimaciones aún peores de los que yo pensaba que podía haber para este año.

Recordemos: stagflation es el nombre que los anglosajones dan a una situación de crecimiento inferior al 3% unida a un aumento de la inflación y el desempleo. Cuando empecé esta serie en febrero no nos encontrábamos aún en esta situación, pero casi. Ahora ya estamos metidos hasta bastante más arriba de las rodillas, y el agua helada de la recesión amenaza con llegar a nuestros cataplines económicos.

Zapatero acaba de reconocer —sin hablar de crisis ni, por supuesto, de stagflation, sino de “ajustes” (eufemismo neoliberal que me toca bastante las narices como hombre de izquierdas que soy)— que el crecimiento del PIB en 2008 será inferior al 2%, rebajando por enésima vez la última previsión oficial, del 2,3%, ya en valores teóricos de stagflation.

Además, los precios no han dejado de subir. Es más, están peor de lo que podrían haber estado, “gracias” a la última huelga de transportes que, aunque minoritaria, ha causado un montón de problemas, no sólo en el aumento de los precios sino también en el empleo.

En la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, el Primero de Mayo, tuve la satisfacción de ver que los principales sindicatos, UGT y CCOO, tenían las cosas claras. Prácticamente repitieron palabra por palabra el contenido de mis tres entradas anteriores sobre este tema.* Pero sus palabras cayeron en oídos sordos.

Ahora ya es tarde para políticas de apoyo; no habrá dinero para ellas. Tendremos que pasar las vacas flacas sin apoyo del Estado. Lo malo es que esto no parece ajeno a algunos dirigentes del PSOE (que no socialistas) como el actual ministro de Industria, Miguel Sebastián. Hasta Zapatero dice lo de “salir fortalecidos”. La idea es que cuanto más jodida sea la crisis, mejor para el país, porque así sobrevivirán los más fuertes y a la postre la economía será más resistente. Algo así como el hueso que se rompe y, al soldarse, queda más fuerte que antes. Una auténtica vergüenza para gente que dice ser socialdemócrata.

En fin, ya no estamos, como en febrero, al borde de la stagflation. Estamos claramente en esa situación. Estamos en crisis.

¿Por qué esta fobia del Gobierno de Zapatero a la palabra “crisis”? Describe perfectamente la situación actual y no se corresponde ni es sinónima de la desgraciada “recesión”, que es lo que sigue a una crisis cuando ésta se resuelve mal. Prefieren hablar de “situación de dificultad”, que no es más que una perífrasis mojigata. Una de las entradas del diccionario de la RAE define crisis como “Situación dificultosa o complicada”, y todas las otras abundan en eso, con matices como la brusquedad del cambio que da lugar a esa situación o el carácter decisivo del momento de cambio para resolver la situación de desequilibrio, ya sea para bien o para mal.

¿Es demasiado tarde? No. La recesión todavía se puede evitar, o por lo menos hacer que pase lo más rápidamente posible y sin arruinar muchas familias ni generar muchos indigentes. Sólo espero que los gobernantes presuntamente socialistas tengan el sentido común de abandonar esa mierda neoliberal sobre “resurgir de las cenizas”, recuerden a tiempo quiénes les votan, y se pongan a currar. Más trabajar y menos tomarnos el pelo.



* Aunque más tarde, este mismo día, he escuchado a Fidalgo en la SER con los pantalones medio bajados, eludiendo la discusión sobre los eufemismos reiteradamente utilizados por el Gobierno y hablando él mismo de “ajustes”. ¡Échale huevos, hombre! De Comisiones tenías que ser.



Stagflation (I)
Stagflation (II)
Stagflation (III)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente serie, muy clarificadora para situarnos en la geografía económica que pisamos en los últimos meses.
A mi lo que me ha dejado a cuadros es eso de que tras la crisis seremos más fuertes. No deja de ser una paráfrasis nietzscheana de lo que no te mata te hace más fuerte; pero en este caso con un cierto deje a darwinismo neoliberal que encaja muy poco (o absolutamente nada) con un presunto líder de izquierdas. Aún estoy pellizcándome.

Y creo que hacen bien (para ellos) no hablar aún de crisis, porque la que nos espera en los próximos meses es acojonante, y encima como dices sin apoyo del Estado. ¿Es que ya no queda nada de la izquierda hoy? :-(

Jean Mallart dijo...

El problema de la izquierda necesitaría otra serie para analizarlo. La izquierda real no está en los partidos, creo yo, y eso es un problemón. Los dirigentes políticos que apelan al voto de la izquierda no son de izquierdas más que de boquilla, o bien son unos borricos fanatizados a base de consignas demagógicas y de lenguaje políticamente correcto.

No sé, lo veo negro ya desde antes de las elecciones de 2004; nunca confié en Zapatero, pero es que la "alternativa"...

Con el actual sistema electoral, no hay más remedio que aguantarse y decantarse por lo que pensamos que es el mal menor.