Comprendo la postura del gobierno de España, con las elecciones generales tan próximas, en lo referente a la economía. Se esfuerzan en quitar hierro a los datos de empleo y crecimiento, dicen que no es para tanto, que España sigue creciendo pero a un ritmo menor. Uno tiende a pensar que lo hacen para tranquilizar a la gente, de modo que las cosas no empeoren: Las crisis de confianza salen caras. Y tiene sentido. Pero...
Además, la oposición se está cebando y exagerando a más no poder, a mi juicio de manera bastante irresponsable, diciendo que esto es un puto desastre y que nos espera una catástrofe económica si Zapatero sigue en la Moncloa. Tampoco es eso.
Pero hay que tener las cosas claras.
A uno, aunque no es economista, le calaron hondo los fundamentos de Economía que estudió en el bachillerato. Siempre me ha interesado el tema y he procurado estar al día. No me pierdo los boletines radiofónicos de información económica y procuro estar al día de las cuestiones de fondo a través de la prensa. Desde luego, no soy un experto, pero estoy mejor informado que la mayoría de los españoles, eso seguro.
Escribo esta entrada porque me he percatado de que algunos medios, más o menos afines al gobierno (o, más bien, contrarios al PP) están ayudando al gobierno en la tarea de maquillar la verdad del estado de nuestra economía. El otro día lo hizo Iñaki Gabilondo* y me dio un poco de pena. Y no puede ser. Hay que decir las cosas como son, aunque se acerquen las elecciones. **
Estamos en un momento delicado, con un crecimiento bordeando el 3%, la inflación bastante disparada y pérdida de empleo. Las causas son lo de menos, lo jodido es la combinación. El gobierno puede consolarse pensando que en buena medida las causas de esta situación son externas, y debería hacer hincapié en ello, pero también tiene su parte de responsabilidad: no puso freno a la ladrillo-economía que nos legaron los incompetentes del PP, no recondujo las cosas hacia la industrialización y la mejora tecnológica que tenían que haber sido su prioridad (la cosa se veía venir desde 2003 aproximadamente; subieron al poder en 2004 y lo que han hecho es insuficiente en ese sentido). Es verdad que el IPI ha mejorado, pero no con la fuerza que debería haberlo hecho. Si el gobierno se hubiese esforzado más en potenciar el crecimiento industrial, otro gallo nos cantaría. Pero no lo ha hecho, el IPI sigue bastante por debajo del 3%. Y eso está en su debe.
Los mejores economistas del mundo son norteamericanos; lo malo es que los peores también lo son y los ciudadanos de ese país se empeñan en poner a los segundos al mando en cuanto los primeros consiguen solucionar la papeleta. Pero bueno, el caso es que los economistas americanos tienen una palabra para lo que nos pasa. Lo llaman stagflation, un neologismo obtenido al combinar las palabras stagnation e inflation, estancamiento e inflación.
La stagflation se caracteriza por una desaceleración brusca del crecimiento del PIB, hasta niveles inferiores al 3%, aumento del paro y aumento de la inflación.
En agosto de 2007 empezaron a torcerse las cosas hasta conducirnos al borde de esa situación justo antes de unas elecciones generales. También es mala suerte. Pero este hecho es muy importante tenerlo en mente a la hora de escuchar a unos y otros. Nadie va a decir la verdad. Yo lo voy a intentar en una serie de entradas sobre el tema.
* En Cuatro.
** Actualización de junio: En honor a la verdad, hay que decir que la radiofónica Cadena SER, tertulias aparte, ha venido diciendo las cosas con bastante claridad, al menos en sus espacios de economía, algo que les honra. Hice ese comentario pensando en ciertos comentaristas e invitados de las tertulias (y no me refiero a Aguilar, Carnicero o Ramoneda, que han seguido tan lúcidos y críticos como siempre) y sobre todo en Iñaki Gabilondo, que se destacó por repetir casi palabra por palabra las tesis del gobierno.
Stagflation (II)
Stagflation (III)
Stagflation (IV)
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