26.6.08

Stagflation (V)


Vamos con los errores del Gobierno, que no todo es externo en esta crisis. Empezaremos con los despilfarros presupuestarios.

Hay un detalle en toda esta historia que se está repitiendo bastante en los últimos días a raíz del estallido de la burbuja estanflacionista. El famoso “cheque Zapatero”, entre otros alardes demagógicos a costa del erario público, destaca claramente. Su impacto sobre la inflación se dejará notar negativamente.

En principio, aún así, este impacto podría ser más limitado de lo que muchos piensan. Según un estudio sobre el que informaba “Expansión” en enero, resulta que sólo se van a beneficiar de la prometida deducción de 400 euros del IRPF la mitad de los contribuyentes. Concretamente, 8.230.000 se beneficiarían de la deducción de manera íntegra. Teniendo en cuenta que hay otro pastón que se reparte en porcentajes menores del 100% a otros contribuyentes, una simple multiplicación nos da 3.292.000.000 €, casi tres mil trescientos millones de euros que se podían haber invertido en mejorar el tejido productivo y favorecer la investigación y los medios educativos; dinero que, en cambio, irá a parar a la clase media-alta del país para que no tenga que apretarse el cinturón, dejar de ir al cine y tal. Porque esa es otra: la clase media-baja no se va a ver beneficiada.

Lo malo es que es la clase media-alta la que más consume, sobre todo productos con alto valor añadido que son los que hacen funcionar la economía, y el impacto inflacionista de ese dinero de más circulando por nuestro mercado será mayor que si se hubiera repartido de acuerdo a los principios de justicia social tradicionales del socialismo, cosa que por supuesto no ocurrirá según el sistema propuesto para pagar el famoso “cheque”, según el estudio aludido en el mencionado artículo de “Expansión”, que os recomiendo leer.

Así que da igual, sólo que encima los más pobres sufrirán más.

El daño es doble: por un lado, al aumentar artificialmente el dinero en circulación, se genera más inflación. Esto es economía de bachillerato. Pero además es dinero que se deja de invertir en políticas activas. Si hubiesen escuchado a Solbes, esto no habría pasado; es un desastre. ¿Para qué nombras a un tío vicepresidente económico y ministro de Economía si luego vas a pasar de él a cada rato? Es una irresponsabilidad. Ahora la vicepresidenta De la Vega se ve obligada a comprometer su prestigio protegiendo como puede a Zapatero: justificando las tonterías que ha hecho y dicho, su credibilidad decae en cada declaración.

Ya el año pasado, varios meses antes de las elecciones y mucho antes de llegar a esto, algunos analistas advertían de lo que podía ocurrir (un buen ejemplo aquí). Es una lástima que sus advertencias cayeran en saco roto.

23.6.08

Stagflation (IV)


He querido esperar un poco a ver cómo evolucionaba la cosa para seguir con este asunto. Pero ahora por fin Zapatero reconoce datos y estimaciones de crecimiento que no tenían nada que ver con lo que se nos vendía en febrero, datos y estimaciones aún peores de los que yo pensaba que podía haber para este año.

Recordemos: stagflation es el nombre que los anglosajones dan a una situación de crecimiento inferior al 3% unida a un aumento de la inflación y el desempleo. Cuando empecé esta serie en febrero no nos encontrábamos aún en esta situación, pero casi. Ahora ya estamos metidos hasta bastante más arriba de las rodillas, y el agua helada de la recesión amenaza con llegar a nuestros cataplines económicos.

Zapatero acaba de reconocer —sin hablar de crisis ni, por supuesto, de stagflation, sino de “ajustes” (eufemismo neoliberal que me toca bastante las narices como hombre de izquierdas que soy)— que el crecimiento del PIB en 2008 será inferior al 2%, rebajando por enésima vez la última previsión oficial, del 2,3%, ya en valores teóricos de stagflation.

Además, los precios no han dejado de subir. Es más, están peor de lo que podrían haber estado, “gracias” a la última huelga de transportes que, aunque minoritaria, ha causado un montón de problemas, no sólo en el aumento de los precios sino también en el empleo.

En la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, el Primero de Mayo, tuve la satisfacción de ver que los principales sindicatos, UGT y CCOO, tenían las cosas claras. Prácticamente repitieron palabra por palabra el contenido de mis tres entradas anteriores sobre este tema.* Pero sus palabras cayeron en oídos sordos.

Ahora ya es tarde para políticas de apoyo; no habrá dinero para ellas. Tendremos que pasar las vacas flacas sin apoyo del Estado. Lo malo es que esto no parece ajeno a algunos dirigentes del PSOE (que no socialistas) como el actual ministro de Industria, Miguel Sebastián. Hasta Zapatero dice lo de “salir fortalecidos”. La idea es que cuanto más jodida sea la crisis, mejor para el país, porque así sobrevivirán los más fuertes y a la postre la economía será más resistente. Algo así como el hueso que se rompe y, al soldarse, queda más fuerte que antes. Una auténtica vergüenza para gente que dice ser socialdemócrata.

En fin, ya no estamos, como en febrero, al borde de la stagflation. Estamos claramente en esa situación. Estamos en crisis.

¿Por qué esta fobia del Gobierno de Zapatero a la palabra “crisis”? Describe perfectamente la situación actual y no se corresponde ni es sinónima de la desgraciada “recesión”, que es lo que sigue a una crisis cuando ésta se resuelve mal. Prefieren hablar de “situación de dificultad”, que no es más que una perífrasis mojigata. Una de las entradas del diccionario de la RAE define crisis como “Situación dificultosa o complicada”, y todas las otras abundan en eso, con matices como la brusquedad del cambio que da lugar a esa situación o el carácter decisivo del momento de cambio para resolver la situación de desequilibrio, ya sea para bien o para mal.

¿Es demasiado tarde? No. La recesión todavía se puede evitar, o por lo menos hacer que pase lo más rápidamente posible y sin arruinar muchas familias ni generar muchos indigentes. Sólo espero que los gobernantes presuntamente socialistas tengan el sentido común de abandonar esa mierda neoliberal sobre “resurgir de las cenizas”, recuerden a tiempo quiénes les votan, y se pongan a currar. Más trabajar y menos tomarnos el pelo.



* Aunque más tarde, este mismo día, he escuchado a Fidalgo en la SER con los pantalones medio bajados, eludiendo la discusión sobre los eufemismos reiteradamente utilizados por el Gobierno y hablando él mismo de “ajustes”. ¡Échale huevos, hombre! De Comisiones tenías que ser.



Stagflation (I)
Stagflation (II)
Stagflation (III)