Vamos con los errores del Gobierno, que no todo es externo en esta crisis. Empezaremos con los despilfarros presupuestarios.
Hay un detalle en toda esta historia que se está repitiendo bastante en los últimos días a raíz del estallido de la burbuja estanflacionista. El famoso cheque Zapatero, entre otros alardes demagógicos a costa del erario público, destaca claramente. Su impacto sobre la inflación se dejará notar negativamente.
En principio, aún así, este impacto podría ser más limitado de lo que muchos piensan. Según un estudio sobre el que informaba Expansión en enero, resulta que sólo se van a beneficiar de la prometida deducción de 400 euros del IRPF la mitad de los contribuyentes. Concretamente, 8.230.000 se beneficiarían de la deducción de manera íntegra. Teniendo en cuenta que hay otro pastón que se reparte en porcentajes menores del 100% a otros contribuyentes, una simple multiplicación nos da 3.292.000.000 €, casi tres mil trescientos millones de euros que se podían haber invertido en mejorar el tejido productivo y favorecer la investigación y los medios educativos; dinero que, en cambio, irá a parar a la clase media-alta del país para que no tenga que apretarse el cinturón, dejar de ir al cine y tal. Porque esa es otra: la clase media-baja no se va a ver beneficiada.
Lo malo es que es la clase media-alta la que más consume, sobre todo productos con alto valor añadido que son los que hacen funcionar la economía, y el impacto inflacionista de ese dinero de más circulando por nuestro mercado será mayor que si se hubiera repartido de acuerdo a los principios de justicia social tradicionales del socialismo, cosa que por supuesto no ocurrirá según el sistema propuesto para pagar el famoso cheque, según el estudio aludido en el mencionado artículo de Expansión, que os recomiendo leer.
Así que da igual, sólo que encima los más pobres sufrirán más.
El daño es doble: por un lado, al aumentar artificialmente el dinero en circulación, se genera más inflación. Esto es economía de bachillerato. Pero además es dinero que se deja de invertir en políticas activas. Si hubiesen escuchado a Solbes, esto no habría pasado; es un desastre. ¿Para qué nombras a un tío vicepresidente económico y ministro de Economía si luego vas a pasar de él a cada rato? Es una irresponsabilidad. Ahora la vicepresidenta De la Vega se ve obligada a comprometer su prestigio protegiendo como puede a Zapatero: justificando las tonterías que ha hecho y dicho, su credibilidad decae en cada declaración.
Ya el año pasado, varios meses antes de las elecciones y mucho antes de llegar a esto, algunos analistas advertían de lo que podía ocurrir (un buen ejemplo aquí). Es una lástima que sus advertencias cayeran en saco roto.
3 comentarios:
casi tres mil trescientos millones de euros que se podían haber invertido en mejorar el tejido productivo y favorecer la investigación y los medios educativos
Has dado en el blanco. En vez de reorientar el tejido productivo, invertir en I+D+I, educación (una verdadera reforma de la formación profesional o del mundo universitario)... lo único que se nos ocurre es pan y circo. Nuestra querida clase dirigente nos ha metido en un callejón sin salida que se llama país de servicios, y tendremos que aprender a ser felices ofreciendo vacaciones al resto del mundo y una segunda vivienda a pie de playa. Aunque ese pie de playa acabe estando a 50 kilómetros de la costa. Ladrillo y sangría son las "locomotoras" de nuestra economía y nadie hará nada por cambiarlo.
A mi quién me tiene mosqueado es Solbes. ¿Es Keynneiano o de los neos? ¿nada y guarda la ropa económica? dicen, los que saben, que antes de la crisis puso en cintura a la banca española de modo que ahora está menos en crisis que la europea, pero eso a nosotros nos da igual, están haciendo el agosto con la subida del Euribor y no creo que la morosidad crezca tanto, en este país de apego secular a la tierra, seguiremos pagando como podamos.
En fin, nubarrones negros en el cielo y Trichet desde allí lanzándonos andanadas de rayos antiiflaccionarios que no solo no funcionan sino que solo sirven para que suba el euribor, entre otras cosas por qué la inflacción es responsabilidad del petróleo, no del precio del dinero.
Yo creo que keynesianos ya no quedan, al menos keynesianos "puros", desde la crisis de 1973 (o, mejor dicho, desde que los friedmanianos lograron acabar con la recesión que la siguió, hacia 1980).
Solbes es un monetarista fiel a los principios de la "Economía social de mercado", que se define a sí mismo como "liberal socialdemócrata".
Dentro del Gobierno, los mayores problemas le han venido a Solbes por culpa del Ministerio de Industria, primero con Clos y luego con Sebastián. Joan Clos se encargó de que el Ejecutivo no cumpliese las promesas electorales de 2004 sobre inversión en I+D+i, que es uno de los fundamentos del aumento de la productividad, uno de los pilares del pensamiento de Solbes. Además, ambos se pasaron por el escroto los principios monetaristas de imparcialidad y neutralidad, que se refieren el primero a las relaciones entre corporaciones y el segundo a no favorecer a un sector de la sociedad a costa de otro, sino de ejecutar las políticas que sean beneficiosas para el conjunto de la sociedad.
A Solbes se la han metido doblada sus propios "compañeros".
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