No sé quién escribía hace poco (creo que fue en El Mundo) que hay que tener cuidado con lo que uno anda diciendo en Internet, porque eso queda registrado forever and ever y más tarde se puede lamentar, no se podrá negar... y no sé qué más. [Tras investigar un poco veo que ha sido Cervera en su blog «Retiario»; el título de la entrada, Sobrevivir a Google.]
¡Menuda gilipollez! Para empezar, en Internet se miente más que se teclea. Yo mismo, en Internet, he mentido más que Pinocho en sus buenos tiempos de crecimiento nasal uniformemente acelerado. Hacía mi papel de Jean Mallart, que es un fantasma de cuidado. (Sí, «Jean Mallart» es un personaje de ficción, intentaré explicároslo un año de estos.) La mitad de las anécdotas me las inventaba directamente. Tengamos en cuenta que empecé a escribir en Internet con ese nick como experimento literario; corría el año 1997 cuando decidí que el grupo de noticias de Usenet es.humanidades.literatura podía servir como escenario para mi performance... Y me tiré actuando varios años seguidos.
A ver. Hay muchas maneras de mentir en Internet. Puedo decir que peso 80 Kg, por ejemplo. La Estrella Granate de Herschel es pequeña al lado de semejante bola. O puedo decir que, EMHO, los británicos son unos putos aguafiestas y los saboteadores de Europa. Igual es verdad que lo son, pero... ¿es verdad que opino eso? Y aunque realmente opinara eso, ¿no podría ser mi indignación una impostura? Igual, en realidad, me importa un pito. Igual sólo pretendo que parezca que Jean Mallart opina que los políticos británicos intentan sabotear la "construcción europea" (sea eso lo que sea, seguro que Jean lo sabe).
Yo actúo en plan sapiens cum libro muchas veces, pero se supone que Jean Mallart es mucho más profundo y empollón que yo. Es un "jodío" sabelotodo. No tiene que consultar cinco manuales para disertar con autoridad de la filosofía y la estética posmoderna, por ejemplo. Jean Mallart no tiraría de Google para averiguar el nombre de una estrella supergigante con la que comparar la magnitud de sus patrañas.
La Estrella Granate de Herschel es una de las mayores que se han descubierto, es cierto. Pero cinco minutos atrás yo no tenía ni idea de su existencia. He dicho una verdad, pero en el fondo he sido un falso al dar a entender que sabía de qué estaba hablando.
Además, aunque fuera sincero, quizá en unos meses cambiase de opinión, lo cual es muy legítimo. ¿Se me podrían echar en cara mis antiguas opiniones?
Parece que cambiar de opinión está mal visto, cuando en realidad es señal de agilidad intelectual. (Siempre que el cambio de opinión se produzca a través de una reflexión racional, tras un examen atento de los datos disponibles..., no por capricho, cobardía o soborno.)
El caso es que Internet no sirve como «acta notarial» en materia de opiniones. Qué más da si digo que me gusta Duran Duran (¡eh!, ¡lo retiro!, ¡estaba de coña!). Las cosas cambian y hay quien tiende a cambiar con ellas. Nada es eterno.
A lo que voy: Tomarse en serio lo que cualquiera opina en Internet es, como mínimo, arriesgado. Tomarse en serio lo que yo escribo, lo aviso desde ahora, es un error. ¡No me hago responsable de lo que digo! La clave, ya veis, está en ser un sinvergüenza. :-D
Así que precaución, amigo navegante; no te dejes engañar; si compras mis figuras falsas de «Star Wars» made in China y prefieres pensar que son auténticas, allá tú. Yo ya te he dicho lo que hay.
Hechas estas aclaraciones, reanudo mi experimento literario.
¡Menuda gilipollez! Para empezar, en Internet se miente más que se teclea. Yo mismo, en Internet, he mentido más que Pinocho en sus buenos tiempos de crecimiento nasal uniformemente acelerado. Hacía mi papel de Jean Mallart, que es un fantasma de cuidado. (Sí, «Jean Mallart» es un personaje de ficción, intentaré explicároslo un año de estos.) La mitad de las anécdotas me las inventaba directamente. Tengamos en cuenta que empecé a escribir en Internet con ese nick como experimento literario; corría el año 1997 cuando decidí que el grupo de noticias de Usenet es.humanidades.literatura podía servir como escenario para mi performance... Y me tiré actuando varios años seguidos.
A ver. Hay muchas maneras de mentir en Internet. Puedo decir que peso 80 Kg, por ejemplo. La Estrella Granate de Herschel es pequeña al lado de semejante bola. O puedo decir que, EMHO, los británicos son unos putos aguafiestas y los saboteadores de Europa. Igual es verdad que lo son, pero... ¿es verdad que opino eso? Y aunque realmente opinara eso, ¿no podría ser mi indignación una impostura? Igual, en realidad, me importa un pito. Igual sólo pretendo que parezca que Jean Mallart opina que los políticos británicos intentan sabotear la "construcción europea" (sea eso lo que sea, seguro que Jean lo sabe).
Yo actúo en plan sapiens cum libro muchas veces, pero se supone que Jean Mallart es mucho más profundo y empollón que yo. Es un "jodío" sabelotodo. No tiene que consultar cinco manuales para disertar con autoridad de la filosofía y la estética posmoderna, por ejemplo. Jean Mallart no tiraría de Google para averiguar el nombre de una estrella supergigante con la que comparar la magnitud de sus patrañas.
La Estrella Granate de Herschel es una de las mayores que se han descubierto, es cierto. Pero cinco minutos atrás yo no tenía ni idea de su existencia. He dicho una verdad, pero en el fondo he sido un falso al dar a entender que sabía de qué estaba hablando.
Además, aunque fuera sincero, quizá en unos meses cambiase de opinión, lo cual es muy legítimo. ¿Se me podrían echar en cara mis antiguas opiniones?
Parece que cambiar de opinión está mal visto, cuando en realidad es señal de agilidad intelectual. (Siempre que el cambio de opinión se produzca a través de una reflexión racional, tras un examen atento de los datos disponibles..., no por capricho, cobardía o soborno.)
El caso es que Internet no sirve como «acta notarial» en materia de opiniones. Qué más da si digo que me gusta Duran Duran (¡eh!, ¡lo retiro!, ¡estaba de coña!). Las cosas cambian y hay quien tiende a cambiar con ellas. Nada es eterno.
A lo que voy: Tomarse en serio lo que cualquiera opina en Internet es, como mínimo, arriesgado. Tomarse en serio lo que yo escribo, lo aviso desde ahora, es un error. ¡No me hago responsable de lo que digo! La clave, ya veis, está en ser un sinvergüenza. :-D
Así que precaución, amigo navegante; no te dejes engañar; si compras mis figuras falsas de «Star Wars» made in China y prefieres pensar que son auténticas, allá tú. Yo ya te he dicho lo que hay.
Hechas estas aclaraciones, reanudo mi experimento literario.
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