PARTE METEOROLÓGICO
viniste, caricia alegre, con el anticiclón postrero;
fuiste primero brisa, luego viento del sur
que trocó mi silencio frío
en poemas y paseos por el puerto,
helados de vainilla y castillos de arena;
entonces, voluble, rolaste a sudoeste,
formando torbellinos, y mi alma dio vueltas
entre deseos gastados, deslucidos guiños,
sonrisas secas y besos marchitos
hasta que rolaste a oeste, fuerte,
cubriendo con nubes negras las incipientes estrellas
y te fuiste; te ausentaste de mi vida
y llovió en mi corazón.
viniste, caricia alegre, con el anticiclón postrero;
fuiste primero brisa, luego viento del sur
que trocó mi silencio frío
en poemas y paseos por el puerto,
helados de vainilla y castillos de arena;
entonces, voluble, rolaste a sudoeste,
formando torbellinos, y mi alma dio vueltas
entre deseos gastados, deslucidos guiños,
sonrisas secas y besos marchitos
hasta que rolaste a oeste, fuerte,
cubriendo con nubes negras las incipientes estrellas
y te fuiste; te ausentaste de mi vida
y llovió en mi corazón.
Los eritrocitos escarlatas
transitando las sanguíneas vetas
en turbas estrepitosas
cuando diviso tu rostro al sol:
UN SÍNTOMA DE AMOR.
transitando las sanguíneas vetas
en turbas estrepitosas
cuando diviso tu rostro al sol:
UN SÍNTOMA DE AMOR.
PSEUDO-HAIKU
Mi orgasmo:
una garza despegando
del mástil de un junco.
Mi orgasmo:
una garza despegando
del mástil de un junco.
3 PSEUDO-GREGUERÍAS
I.
En la oscuridad, los dígitos del reloj
brillan como los ojos de un gato eléctrico.
II.
En invierno, los tragaluces pasan hambre.
III.
El abejorro es el violador de las flores.
I.
En la oscuridad, los dígitos del reloj
brillan como los ojos de un gato eléctrico.
II.
En invierno, los tragaluces pasan hambre.
III.
El abejorro es el violador de las flores.
AMNESIA
Sigo, solo, como un moderno Teseo,
armado de deseo al voraz asesino
que habita devorando rostros marchitos,
vivencias y descuidados nombres
en el centro de mi memoria.
Ebrio de ansiedad maldigo a las inocentes sombras
(nuevamente han caído sin ruido
desde la destellante oscuridad, atraídas
por el brillo de las sonrisas queridas
y se han llevado mis recuerdos).
No
sé
ya
por
qué...
Yo los dejé morir.
Sigo, solo, como un moderno Teseo,
armado de deseo al voraz asesino
que habita devorando rostros marchitos,
vivencias y descuidados nombres
en el centro de mi memoria.
Ebrio de ansiedad maldigo a las inocentes sombras
(nuevamente han caído sin ruido
desde la destellante oscuridad, atraídas
por el brillo de las sonrisas queridas
y se han llevado mis recuerdos).
No
sé
ya
por
qué...
Yo los dejé morir.
Ego sum...
La rana en su nenúfar
esperando
a que pase la libélula.
El hijo caníbal.
La sombra suicida.
EL DEMIURGO DE LA NADA.
La rana en su nenúfar
esperando
a que pase la libélula.
El hijo caníbal.
La sombra suicida.
EL DEMIURGO DE LA NADA.
HENRY MILLER
Henry Miller escribió que le gustaría estar sentado en una hoja de nenúfar y croar todo el día.
A mí también me gustaría.
Pero hay caimanes en el estanque.
Henry Miller escribió que le gustaría estar sentado en una hoja de nenúfar y croar todo el día.
A mí también me gustaría.
Pero hay caimanes en el estanque.
DOLCE FAR NIENTE
dorado hastío de nenúfar, exilio,
limbo donde el presente agoniza;
desfile de amaneceres y ocasos
apenas percibidos, pasando sin ruido.
los caimanes descansan o me ignoran.
(¡por fin!)
dorado hastío de nenúfar, exilio,
limbo donde el presente agoniza;
desfile de amaneceres y ocasos
apenas percibidos, pasando sin ruido.
los caimanes descansan o me ignoran.
(¡por fin!)
UN CONSEJO APACIGUADOR
Hay palabras que hieren
y heridas que hablan.
Que tus mensajes sean heridas que hablan,
no palabras que hieren.
Hay palabras que hieren
y heridas que hablan.
Que tus mensajes sean heridas que hablan,
no palabras que hieren.
BEATRIZ
Me gusta verte caminar por el bordillo de la acera.
Tus piernas bailan y fluctúan
como envueltas por el aire caliente del desierto.
Tus piernas parecen gasas que la brisa agita
cuando caminas sobre el bordillo de la acera.
Un maëlstrom de suave carne envuelta en blanca seda
son tus piernas cuando bailan y giran y se retuercen
como humo azul de un cigarrillo.
Tus piernas son, sí, volutas vivas
cuando caminas sobre el bordillo de la acera.
Me gusta verte caminar por el bordillo de la acera.
Tus piernas bailan y fluctúan
como envueltas por el aire caliente del desierto.
Tus piernas parecen gasas que la brisa agita
cuando caminas sobre el bordillo de la acera.
Un maëlstrom de suave carne envuelta en blanca seda
son tus piernas cuando bailan y giran y se retuercen
como humo azul de un cigarrillo.
Tus piernas son, sí, volutas vivas
cuando caminas sobre el bordillo de la acera.
BRUJAS, BÉLGICA
Cada vez que beso tu imagen
en aquella foto que me obligaste a hacerte
sentada en la barandilla del puente
junto a aquella Virgen de Miguel Ángel,
con los pies colgando a varios metros
de la barca que pasaba por debajo cargada de turistas
que os miraban embelesados a través del objetivo de la cámara,
como yo te miraba
para enfocarte, apretar el botoncito
y, años más tarde,
besar tu imagen
en aquella foto que te hice
sentada junto a la Virgen en aquella barandilla sobre una barca llena de turistas,
lloro como un niño que ha perdido a su perro para siempre
y está enterrándolo en su jardín.
Cada vez que beso tu imagen
en aquella foto que me obligaste a hacerte
sentada en la barandilla del puente
junto a aquella Virgen de Miguel Ángel,
con los pies colgando a varios metros
de la barca que pasaba por debajo cargada de turistas
que os miraban embelesados a través del objetivo de la cámara,
como yo te miraba
para enfocarte, apretar el botoncito
y, años más tarde,
besar tu imagen
en aquella foto que te hice
sentada junto a la Virgen en aquella barandilla sobre una barca llena de turistas,
lloro como un niño que ha perdido a su perro para siempre
y está enterrándolo en su jardín.
NOCHE LLUVIOSA EN EL ALMA
Hola, tristeza. ¡Por fin llegaste!
Pensé que no vendrías,
como aquella vez
en que imploré en vano tu favor.
Fue una noche lluviosa en el alma aquella noche.
En el umbral del día mi vida yacía húmeda y desnuda
junto al estanque de los cisnes, allá en el parque
donde nos vimos tantas veces,
y el naciente sol vertía su aliento
sobre las gimientes ramas de los robles.
Allí te esperé, tristeza.
Cansado, confuso y herido,
anhelando tu presencia,
temblando de fiebre y frío.
Tendido en el duro suelo,
aguardé hasta que el cielo
comenzó a resplandecer.
Te llamé a gritos, supliqué,
seguí tu rastro desesperado.
Anduve luego ansiando tu abrazo,
pero habías huido; llegó el alba
y el sol disipó las nieblas de mi alma.
Entonces fue ya
demasiado tarde.
Y hoy vienes a mí,
como una esposa,
solemne, perezosa,
a acariciar con tus dedos fríos
mi vieja cicatriz.
Sí, tristeza; verte me agrada,
aunque sea para aliviar mi soledad.
Nunca es tarde
si la pena es buena.
Hola, tristeza. ¡Por fin llegaste!
Pensé que no vendrías,
como aquella vez
en que imploré en vano tu favor.
Fue una noche lluviosa en el alma aquella noche.
En el umbral del día mi vida yacía húmeda y desnuda
junto al estanque de los cisnes, allá en el parque
donde nos vimos tantas veces,
y el naciente sol vertía su aliento
sobre las gimientes ramas de los robles.
Allí te esperé, tristeza.
Cansado, confuso y herido,
anhelando tu presencia,
temblando de fiebre y frío.
Tendido en el duro suelo,
aguardé hasta que el cielo
comenzó a resplandecer.
Te llamé a gritos, supliqué,
seguí tu rastro desesperado.
Anduve luego ansiando tu abrazo,
pero habías huido; llegó el alba
y el sol disipó las nieblas de mi alma.
Entonces fue ya
demasiado tarde.
Y hoy vienes a mí,
como una esposa,
solemne, perezosa,
a acariciar con tus dedos fríos
mi vieja cicatriz.
Sí, tristeza; verte me agrada,
aunque sea para aliviar mi soledad.
Nunca es tarde
si la pena es buena.
RITA
Como la termita en el tronco, va socavando mi alma
tu verde mirada.
Los glaucos mares agitados de tus ojos
quieren hacerme Robinsón enamorado,
náufrago en tu boca,
caníbal de tus labios,
Ícaro caído en tus brazos,
Ulises
llegado a tu vera en la tormenta.
Como la termita en el tronco, va socavando mi alma
tu verde mirada.
Los glaucos mares agitados de tus ojos
quieren hacerme Robinsón enamorado,
náufrago en tu boca,
caníbal de tus labios,
Ícaro caído en tus brazos,
Ulises
llegado a tu vera en la tormenta.
RSVP
La ecuánime y siempre sensata buena sociedad
le invita
a pudrirse en su chabola.
Habrá croquetas y canapés de cucaracha.
Se entregará un bonito trofeo
al más pobre de todos.
Un trofeo de pan, para que pueda comérselo.
La ecuánime y siempre sensata buena sociedad
le invita
a pudrirse en su chabola.
Habrá croquetas y canapés de cucaracha.
Se entregará un bonito trofeo
al más pobre de todos.
Un trofeo de pan, para que pueda comérselo.
ZONA DE PLAGA
La ciudad, bullendo como un viejo cadáver.
Fluente corriente de gente muerta en las aceras.
Caminando,
llamando a un taxi,
hablando por sus móviles
y evitando tus ojos al pasar.
Su parto fue un sacrificio.
La ciudad, desgarrada por un niño cruel
con una navaja de afeitar.
Hileras de película sumergiéndose en el asfalto
frente a ti.
La ciudad, bullendo como un viejo cadáver.
Fluente corriente de gente muerta en las aceras.
Caminando,
llamando a un taxi,
hablando por sus móviles
y evitando tus ojos al pasar.
Su parto fue un sacrificio.
La ciudad, desgarrada por un niño cruel
con una navaja de afeitar.
Hileras de película sumergiéndose en el asfalto
frente a ti.
RECAÍDA
no hay consuelo en tu recuerdo;
sólo la certeza de tu ausencia.
demasiadas veces tus ojos me adoran en sueños;
demasiadas veces mi nombre vuelve a mi oído en tu voz.
en el olvido, la paz y el descanso
de los muertos.
yo vivo, siempre recordando.
nadé en tu orilla. luego, mar adentro.
una vez contemplé las formas de tu alma.
como acaba todo, todo acabó.
mi memoria es la ruina por donde vagan
nuestras vivencias compartidas en descomposición.
no hay consuelo en tu recuerdo;
sólo la certeza de tu ausencia.
demasiadas veces tus ojos me adoran en sueños;
demasiadas veces mi nombre vuelve a mi oído en tu voz.
en el olvido, la paz y el descanso
de los muertos.
yo vivo, siempre recordando.
nadé en tu orilla. luego, mar adentro.
una vez contemplé las formas de tu alma.
como acaba todo, todo acabó.
mi memoria es la ruina por donde vagan
nuestras vivencias compartidas en descomposición.
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